La frecuencia Solfeggio de 528 Hz - también llamada "frecuencia milagrosa" o "frecuencia de los milagros" - puede facilitar la curación y la limpieza de cualquier energía negativa, activar la energía positiva y espiritual y sustituir cualquier energía negativa por energía puramente positiva.

Puede ayudar a construir y aumentar la confianza en sí mismo y, por lo tanto, aumentar la facilidad en la manifestación de cualquier meta y objetivo a alcanzar.

Cuando tu corazón y tu cerebro están perfectamente sincronizados, la frecuencia medida es de 0,1 Hz. Es lo que se conoce como coherencia corazón-cerebro. Cuando hay coherencia corazón-cerebro, el sistema nervioso, el sistema cardiovascular, el sistema hormonal y el sistema inmunitario funcionan juntos de forma mucho más armoniosa y eficaz, lo que permite rendir al máximo.

El término «efecto mariposa» procede de la teoría del caos y se basa en la idea de que el mundo está estrechamente entretejido. Este efecto significa que un cambio minúsculo en una parte de un sistema puede tener un efecto importante en otro lugar.

El matemático y meteorólogo estadounidense Edward Norton Lorenz explicó originalmente esta teoría de forma metafórica: el aleteo de las alas de una mariposa en una parte del mundo podía provocar un tornado en la otra semanas después. De ahí el nombre del efecto.

La frecuencia Solfeggio de 963Hz no sólo está asociada a la activación de la glándula pineal. Es una frecuencia con la que también puede resonar nuestro chakra corona.

Escuchar la frecuencia de 963Hz también ayuda a conectar con el mundo espiritual hasta tal punto que el miedo y la ansiedad interior quedan totalmente relegados a un segundo plano y acaban por desaparecer. 

Se dice que la frecuencia de 111hz, también conocida como "frecuencia divina", es una frecuencia que permite etapas intensas de meditación profunda y, por tanto, conecta con reinos espirituales superiores.

Según informes científicos, las resonancias magnéticas han demostrado que, al escuchar 111 Hz, nuestro cerebro reduce la actividad del córtex prefrontal y ralentiza el llamado "centro del lenguaje", induciendo una fase exactamente a 111 Hz.